Su proveedor de atención médica le ha indicado que use un medicamento que debe inyectarse a través de la piel. Esto se logra mediante un autoinyector. Es un pequeño dispositivo con una aguja oculta. La aguja se activa mediante un resorte. Esto hace que sea más fácil inyectarse a sí mismo. También facilita que otra persona pueda inyectarlo si no puede hacerlo usted mismo. No es necesario buscar el mejor sitio de inyección ni administrar la inyección en los glúteos o brazos. Use cualquier sitio en la parte externa del muslo. La inyección se puede hacer a través de la ropa, de ser necesario. Asegúrese de que sus familiares y amigos sepan dónde administrar la inyección.
Cuidados en el hogar
Inyecte el medicamento con la frecuencia que le recomiende su proveedor de atención médica. Siga todas las demás instrucciones que recibe de su proveedor de atención médica acerca del medicamento. Para administrarse una inyección:
-
Retire la tapa de seguridad del autoinyector. Este paso lo activa.
-
Apunte el extremo del autoinyector en la parte externa del muslo. Presiónelo contra el muslo. Esto libera un émbolo que se activa mediante un resorte que inserta la aguja en el músculo del muslo y le administra su dosis de medicamento. Sostenga la pluma por
10 segundos. Para quitar la aguja, retire y aleje la pluma de la pierna. Masajee la zona donde inyectó el medicamento durante unos 10 segundos. -
Deseche el autoinyector según le hayan indicado.
-
Si el autoinyector contiene un medicamento de emergencia (como epinefrina para una reacción alérgica), llame al
911 y diríjase a la sala de emergencias más cercana. No conduzca usted. Tenga en cuenta que quizás necesite una segunda inyección si todavía tiene la reacción o los síntomas.
Visita de seguimiento
Asista a los controles con su proveedor de atención médica según le hayan indicado.
Llame al 911
Llame al
-
Pulso acelerado
-
Sibilancias, tos o dificultad para respirar
-
Cólicos, diarrea o vómitos
-
Voz ronca
-
Hinchazón en los labios, la lengua o la garganta
-
Dificultad para tragar o sentir que se cierra la garganta
-
Piel enrojecida con picazón o urticaria
-
Piel pálida, fría y húmeda
-
Confusión
-
Somnolencia, desmayo o pérdida del conocimiento
