“Miositis” significa inflamación muscular. Existen varias formas de miositis. Una es la polimiositis, que afecta los músculos en diferentes partes del cuerpo. Otra es la dermatomiositis, que afecta tanto la piel como los músculos. Otros tejidos del cuerpo también pueden verse afectados. Hay formas de miositis que se relacionan con la inflamación del pulmón.
Se cree que la miositis es un problema del sistema inmunitario. Las células inmunitarias en el organismo están diseñadas para atacar y destruir los virus y las bacterias perjudiciales. En la miositis, el sistema inmunitario comienza a atacar los tejidos propios del cuerpo. Los expertos en salud no saben por qué ocurre esto. Suele afectar la piel, el tejido muscular o ambos. También puede afectar otras partes del cuerpo. Por ejemplo, los pulmones. La miositis puede desencadenarse por la exposición a ciertas sustancias químicas, medicamentos o virus. Con frecuencia, no se encuentra la causa. Esto es lo que se conoce como miositis idiopática.
Los síntomas habituales son debilidad o dolor muscular (especialmente en los músculos grandes, como los de los muslos, las caderas, los hombros, el cuello y el tronco). Esto puede hacer que sea difícil subir escaleras, levantarse de una silla, levantar objetos pesados o levantar los brazos por encima de la cabeza. Los músculos de la garganta también pueden verse afectados. Esto puede causarle problemas para tragar. Las personas con dermatomiositis suelen presentar cambios en la piel. Por ejemplo, sarpullidos. Los niños pueden tener diferentes síntomas en comparación con los adultos.
Las personas con miositis deben realizarse un examen de los pulmones.
Algunas personas solo tienen síntomas leves que mejoran con el tratamiento. Pero, en muchos casos, la enfermedad es de larga duración (crónica). Hay periodos en los que los síntomas son peores (enfermedad activa). Y, luego, puede haber periodos en los que los síntomas se alivian o desaparecen (remisión).
Los tratamientos pueden incluir esteroides que se administran por la boca (vía oral). También pueden usarse medicamentos que inhiben el sistema inmunitario. El descanso, la fisioterapia y el ejercicio también pueden ayudar a aliviar los síntomas.
Cuidados en el hogar
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Tome los medicamentos recetados según las indicaciones.
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Manténgase en actividad. El ejercicio y la actividad física mantienen los músculos en el mejor estado posible. Hable con el proveedor sobre un plan de ejercicios que sea adecuado para usted.
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Si tiene dolores musculares, descanse lo que sea necesario.
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Evite la exposición al sol si se lo recomiendan. Este puede empeorar el sarpullido.
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Si tiene problemas para tragar, hable con el proveedor. Puede hacerle cambios en la dieta. Eso puede ayudar a que no aspire la comida en los pulmones. Esto puede ocasionar neumonía y otros problemas.
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Esté al día con las consultas a todos los proveedores. Hágase todas las pruebas de detección recomendadas.
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Si está incapacitado debido a una enfermedad grave, hable con su jefe. Participe si deben hacerse adaptaciones lógicas cuando sea necesario.
Atención de seguimiento
Asista a las citas de seguimiento con el proveedor de atención médica según le hayan indicado. Puede encontrar más información en estos sitios:
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Fundación para la Artritis en www.arthritis.org o llamando al 800-283-7800
Cuándo debe buscar atención médica
Llame al proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de las siguientes situaciones:
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Cambios en los hábitos intestinales o en la orina
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Sangre en las heces (de color negro o rojo)
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Pérdida de peso inesperada
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Un abultamiento en los senos o en alguna otra parte del cuerpo
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Dificultad para tragar la comida al comer (aspiración)
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Cambios en el aspecto de una verruga o de un lunar
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Ronquera o tos persistentes o tos con sangre
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Sudores nocturnos o fiebres inexplicadas
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Falta de aire
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Empeora el dolor de los músculos
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Hinchazón en las articulaciones
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Los síntomas empeoran