Prolapso rectal significa que el recto se ha salido de su posición. Esto ocurre cuando el recto se estira, se desplaza hacia abajo y puede sobresalir a través del ano. Se puede ver o palpar una masa rojiza de tejido en la abertura del ano. El tejido puede sobresalir más allá del ano. Esto puede suceder después de defecar y luego desaparecer por un tiempo. O puede estar presente todo el tiempo. También pueden filtrarse heces o mucosidad fuera del ano.
El prolapso rectal ocurre cuando las estructuras y los músculos de la pelvis y el ano están debilitados. No es frecuente. En la mayoría de los casos, se desconoce la causa. Ocurre con mayor frecuencia en mujeres mayores. Pero puede suceder en personas de todas las edades. El embarazo y el parto pueden hacer que sea más probable. Lo mismo puede suceder con el estreñimiento crónico y el esfuerzo repetido para defecar.
A menudo, las personas tienen una hemorroide y piensan que es un prolapso. Eso se debe a que ven o palpan algo que no es normal, y muchos de los síntomas son los mismos.
Los síntomas de un prolapso rectal incluyen:
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Diarrea o estreñimiento.
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Filtración de heces (incontinencia fecal).
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Mucosidad o sangre en las heces.
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Deposiciones incompletas o sensación de que el intestino no está completamente vacío.
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Molestia abdominal o rectal.
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Tener molestias, irritación o dolor, sangrado o picazón en el ano.
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Sensación de protuberancia o tener deposiciones después de toser, estornudar o levantar un peso.
Hable con su proveedor de atención médica antes de intentar devolver el recto a su lugar con una presión suave. Probablemente vuelva a prolapsar. Para el tratamiento a largo plazo, es posible que necesite cirugía. En algunas personas, otros órganos también prolapsan, como la vejiga o el útero. Probablemente lo deriven a un especialista, que podrá examinarlo y explicarle sus opciones de tratamiento.
Cuidados en el hogar
Hacer fuerza para defecar suele ser una causa de prolapso. Para ayudar a aliviar y prevenir el estreñimiento, siga estos pasos:
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Se pueden recetar laxantes, ablandadores de heces o agentes espesantes. Úselos según las indicaciones. Es posible que los necesite todos los días.
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Agregue más frutas, verduras y granos enteros a su dieta. Coma menos alimentos con alto contenido de grasa y alimentos procesados, como los refrigerios envasados. Puede usar un suplemento de fibras si no consume suficiente fibras en su dieta. El objetivo es de 20 a 30 gramos de fibras por día.
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No ignore el deseo de defecar. Una vez al día, reserve tiempo después de una comida para una visita tranquila al baño.
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No haga esfuerzo ni presione con fuerza para defecar.
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No dedique más de unos pocos minutos en el baño para defecar.
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No fume. Si necesita ayuda para dejar de fumar, hable con su médico sobre los programas y medicamentos para dejar de fumar. Esto puede aumentar sus probabilidades de dejar de fumar para siempre.
Si tiene un prolapso, comuníquese con su proveedor de atención médica. Es posible que su médico le haya mostrado cómo devolver un recto prolapsado a su lugar. Si es así, siga sus instrucciones atentamente. Si tiene algún dolor o molestia, no puede devolver fácilmente el tejido prolapsado a su lugar o no se siente cómodo haciéndolo, llame a su proveedor. O diríjase a la sala de emergencias.
Atención de seguimiento
Haga un seguimiento con su proveedor de atención médica o según se lo indiquen. Si lo derivaron a un especialista, programe la cita de inmediato.
Llamar al 911
Llame al
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Tiene sangrado abundante.
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Se desmaya o pierde el conocimiento.
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Tiene una frecuencia cardíaca rápida.
Cuándo obtener atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato si:
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El prolapso reaparece.
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Su prolapso rectal no puede ser empujado de vuelta dentro del cuerpo.
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Tiene fiebre de 38,0 °C (100,4 °F) o más, o según lo indicado por su proveedor.
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Tiene sangre en las heces.
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Tiene dolor abdominal, dolor rectal o hinchazón.
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Tiene vómitos reiterados.
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No puede defecar o no puede controlar sus deposiciones.
