Una hernia puede ocurrir cuando hay una debilidad o un defecto en la pared del abdomen o la ingle. El intestino o los tejidos cercanos pueden moverse desde su ubicación habitual y empujar la debilidad en la pared. Esto puede causar un bulto (hernia) que se puede ver o sentir.
Causas y factores de riesgo
Una hernia puede estar presente en el nacimiento. O puede ser causada por el desgaste de la vida diaria. Ciertas cosas pueden hacer que una hernia sea más probable. Pueden incluir:
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Levantar objetos pesados.
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Esfuerzo, ya sea por levantar objetos, moverse o estreñimiento.
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Tos crónica.
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Lesión en la pared abdominal.
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Exceso de peso corporal.
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Embarazo.
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Cirugía anterior.
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Edad avanzada.
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Antecedentes familiares de hernia.
Síntomas
Los síntomas de una hernia pueden aparecer repentinamente. O pueden aparecer lentamente con el tiempo. Algunos síntomas frecuentes incluyen:
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Bulto en la zona de la ingle, alrededor del ombligo o en el escroto. La protuberancia puede agrandarse al ponerse de pie y desaparecer al recostarse.
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Dolor o presión alrededor de la protuberancia.
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Dolor o aumento de la protuberancia durante las actividades, como levantar objetos, toser o estornudar.
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Sensación de debilidad o presión en la ingle o el abdomen.
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Dolor o hinchazón en el escroto.
Tipos de hernias
Hay diferentes tipos de hernias. El tipo que tenga dependerá de dónde se encuentre:
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Inguinal. Este tipo se encuentra en la ingle o el escroto. Es más común en los hombres. Pero las mujeres también pueden tener esta hernia.
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Femoral. Este tipo se encuentra en la ingle, la parte superior del muslo o los labios vaginales. Es más común en las mujeres.
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Ventral. Este tipo se encuentra en la pared abdominal.
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Umbilical. Este tipo ocurre alrededor del ombligo.
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Incisional. Este tipo se produce en el lugar de una cirugía anterior.
El estado de la hernia puede ayudar a determinar con qué rapidez debe tratarse.
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Reducible. Se mete para adentro sola o se puede empujar para adentro.
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Irreducible. No se puede empujar para adentro.
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Encarcelada o estrangulada. El intestino queda atrapado (encarcelado). Si esto sucede, no podrá hacer retroceder el bulto. Si la hernia encarcelada no se trata, puede estrangularse. Esto significa que el área pierde el suministro de sangre y el tejido puede morir. Esto requiere cirugía de emergencia. Necesita tratamiento de inmediato.
Si sus síntomas no son graves, a veces puede retrasarse el tratamiento. En tales casos, necesitará visitas de seguimiento regulares con el proveedor de atención médica (espera vigilada). Se le pedirá que lleve un registro de sus síntomas y que esté atento a signos de problemas más graves. También es posible que reciba pautas similares a las instrucciones de cuidados en el hogar que se indican a continuación.
Cuidados en el hogar
Para ayudar a evitar que una hernia empeore, se le puede aconsejar lo siguiente:
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No levantar objetos pesados ni hacer esfuerzo, según lo indicado.
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Tomar medidas para prevenir el estreñimiento. Esto incluye comer más fibra y beber más agua. Esto puede ayudar a reducir el esfuerzo que puede ocurrir al defecar. Reducir el esfuerzo puede ayudar a evitar que sus síntomas empeoren.
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Mantenerse en un peso saludable o bajar de peso si tiene sobrepeso. Esto puede ayudar a reducir la tensión en los músculos y tejidos abdominales.
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Dejar de fumar. Esto puede ayudar a prevenir la tos que también puede tensar los músculos y tejidos abdominales.
Atención de seguimiento
Haga un seguimiento con su proveedor de atención médica o según se le indique. Si se le realizaron exámenes de diagnóstico por imágenes, un proveedor de atención médica los revisará. Se le informarán los resultados y cualquier nuevo hallazgo que pueda afectar su atención.
Cuándo consultar al médico
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de estas situaciones:
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La hernia se endurece, se hincha o crece.
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La hernia ya no se puede empujar hacia adentro.
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El dolor se mueve hacia la parte inferior derecha del abdomen o se extiende hacia la espalda.
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Tiene síntomas nuevos.
Llame al 911 .
Llame al
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Dolor intenso, enrojecimiento o sensibilidad en el área cercana a la hernia.
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El dolor empeora rápidamente y no mejora.
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Incapacidad de defecar o emitir flatulencias.
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Fiebre de 100,4 °F (38 °C) o más, o según las indicaciones de su proveedor de atención médica.