La mayoría de los casos de diarrea y vómitos en niños son causados por un virus. Esto se denomina gastroenteritis viral. Muchas personas lo llaman gripe estomacal, pero no tiene nada que ver con la gripe. La gastroenteritis viral puede ser causada por muchos virus diferentes. Las causas frecuentes en bebés y niños son el astrovirus y el adenovirus. Estos virus se transmiten de una persona a otra a través del contacto con las heces o el vómito de una persona infectada. Estos virus afectan el estómago y el tracto digestivo. La gastroenteritis viral generalmente dura de 2 a 7 días. A menudo, causa diarrea. Diarrea significa evacuar heces blandas o acuosas que son diferentes del patrón normal de deposiciones de un niño.
Su hijo también puede tener estos síntomas:
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Dolor y calambres abdominales.
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Náuseas.
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Vómitos.
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Pérdida del control intestinal.
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Fiebre y escalofríos.
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Heces sanguinolentas.
El principal peligro de esta enfermedad es la deshidratación. Es la pérdida de demasiada agua y minerales del cuerpo. Cuando esto ocurre, se deben reemplazar los líquidos corporales de su hijo. Esto puede hacerse con solución de rehidratación oral. Puede conseguir solución de rehidratación oral en farmacias y en la mayoría de las tiendas de comestibles. No le dé bebidas isotónicas porque pueden contener demasiado azúcar y no suficientes electrolitos.
Los antibióticos no son eficaces para tratar esta enfermedad.
Cuidados en el hogar
Siga todas las instrucciones del proveedor de atención médica de su hijo.
Si le administra medicamentos a su hijo:
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No administre medicamentos de venta libre para la diarrea, a menos que se lo indique el proveedor de atención médica de su hijo.
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Puede darle acetaminofeno o ibuprofeno para controlar el dolor y la fiebre. O puede darle otros medicamentos según lo recetado.
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No le dé aspirina ni productos que contengan aspirina a ninguna persona menor de 19 años durante momentos de enfermedad. Puede causar daño hepático y cerebral debido a una afección potencialmente mortal denominada síndrome de Reye.
Para prevenir la propagación de la enfermedad:
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Recuerde que lavarse las manos con jabón y agua corriente limpia o con un desinfectante a base de alcohol es la mejor manera de prevenir la propagación de la infección.
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Enséñeles a todas las personas de su hogar cuándo y cómo lavarse las manos. Mójese las manos con agua corriente limpia. Enjabónese la parte posterior de las manos, entre los dedos y debajo de las uñas. Frote las manos durante al menos 20 segundos. Si necesita un temporizador, pruebe tararear la canción del “Feliz cumpleaños” de principio a fin dos veces. Enjuáguese bien las manos y séqueselas con una toalla limpia.
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Lávese las manos antes y después de cuidar a su hijo enfermo.
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Limpie el inodoro después de cada uso.
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Deseche los pañales sucios en un recipiente sellado.
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No lleve a su hijo a la guardería hasta que el proveedor de atención médica de su hijo diga que está bien.
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Lávese las manos antes y después de preparar la comida.
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Lávese las manos y los utensilios después de usar tablas de cortar, mesadas y cuchillos que hayan estado en contacto con alimentos crudos.
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Mantenga la carne cruda lejos de los alimentos cocidos y listos para comer.
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Tenga en cuenta que las personas con diarrea o vómitos no deben preparar alimentos para otras personas.
Administración de líquidos y alimentos
El objetivo principal al tratar los vómitos o la diarrea es prevenir la deshidratación. Esto se hace administrando a su hijo pequeñas cantidades de líquidos con frecuencia.
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Los líquidos son más importantes que los alimentos en este momento. Dele pequeñas cantidades de líquido a la vez, especialmente si su hijo tiene retorcijones en el estómago o vómitos.
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Para la diarrea. Si le da leche a su hijo y la diarrea no desaparece, deje de darle leche. En algunos casos, la leche puede empeorar la diarrea. Si eso sucede, use solución de rehidratación oral en su lugar. No le dé jugo de manzana, gaseosa, bebidas isotónicas ni otras bebidas endulzadas. Las bebidas con azúcar pueden empeorar la diarrea.
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Para los vómitos. Comience con solución de rehidratación oral a temperatura ambiente. Administre 1 cucharadita (5 ml) cada 5 minutos. Aunque su hijo vomite, continúe dándole la solución. La mayor parte del líquido se absorberá a pesar de los vómitos. Después de 2 horas sin vómitos, comience con pequeñas cantidades de leche o leche maternizada y otros líquidos. Aumente la cantidad según la tolerancia. No le dé a su hijo agua sola, leche, leche maternizada u otros líquidos hasta que se detengan los vómitos. A medida que los vómitos disminuyan, intente darle mayores cantidades de solución de rehidratación oral. Deje pasar más tiempo entre una y otra. Continúe así hasta que su hijo esté produciendo orina y ya no tenga sed (no le interese beber). Después de 4 horas sin vómitos, reinicie los alimentos sólidos. Después de 24 horas sin vómitos, reanude la dieta normal.
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Puede reanudar la dieta normal de su hijo con el tiempo a medida que se sienta mejor. No obligue a su hijo a comer, especialmente si tiene dolor de estómago o retorcijones. No le dé a su hijo grandes cantidades para comer a la vez, aunque tenga hambre. Esto puede hacer que su hijo se sienta peor. Puede darle a su hijo más alimentos con el tiempo si puede tolerarlo. Los alimentos que puede darle incluyen cereal, puré de papas, compota de manzana, puré de banana, galletas, tostadas secas, arroz, avena, pan, fideos, pretzels, sopas con arroz o fideos y verduras cocidas.
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Si los síntomas reaparecen, vuelva a una dieta simple o a líquidos transparentes.
Atención de seguimiento
Haga un seguimiento con el proveedor de atención médica de su hijo o según se lo indiquen. Si se obtuvo una muestra de heces o se realizaron cultivos, llame al proveedor de atención médica para conocer los resultados según las instrucciones.
Llame al 911 .
Llame al
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Dificultad para respirar.
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Confusión.
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Somnolencia inusual o extrema o pérdida de la conciencia.
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Dificultad para caminar.
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Frecuencia cardíaca rápida.
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Dolor torácico.
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Rigidez en el cuello.
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Convulsiones.
Cuándo consultar al médico
Llame al proveedor de atención médica de su hijo de inmediato si presenta alguno de los siguientes síntomas:
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Dolor abdominal que empeora.
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Dolor constante en la parte inferior derecha del abdomen.
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Vómitos reiterados después de las primeras 2 horas con líquidos.
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Vómitos ocasionales durante más de 24 horas.
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Más de 8 deposiciones con diarrea dentro de las 8 horas.
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Diarrea intensa continua durante más de 24 horas.
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Sangre en los vómitos o las heces.
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Bebe menos líquido de lo normal.
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Orina oscura o ausencia de orina durante 6 a 8 horas en niños mayores, de 4 a 6 horas para bebés y niños pequeños.
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Irritabilidad o llanto que no puede calmarse.
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Nueva erupción.
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La diarrea dura más de 10 días.
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Fiebre (consulte Fiebre y niños, a continuación).
Fiebre y niños
Use un termómetro digital para controlar la temperatura de su hijo. No utilice un termómetro de mercurio. Existen diferentes tipos y usos de termómetros digitales. Incluyen:
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Termómetro rectal. Para los niños menores de 3 meses, la temperatura rectal es la más precisa.
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Termómetro de frente (temporal). Este funciona para niños a partir de los 3 meses de edad. Si un niño menor de 3 meses tiene signos de enfermedad, puede utilizarse como primer paso. Es posible que el proveedor de atención médica desee confirmar con un termómetro rectal.
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Termómetro de oído (timpánico). Las temperaturas de los oídos son precisas después de los 6 meses de edad, pero no antes.
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Termómetro axilar. Este es el menos confiable, pero puede usarse para un primer paso para controlar a un niño de cualquier edad con signos de enfermedad. Es posible que el proveedor desee confirmar con un termómetro rectal.
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Termómetro de boca (oral). No use un termómetro en la boca de su hijo hasta que este tenga al menos 4 años.
Use el termómetro rectal con cuidado. Siga las instrucciones del fabricante del producto para el uso correcto. Insértelo suavemente. Etiquételo y asegúrese de que no se use en la boca. Puede transmitir gérmenes de las heces. Si no se siente cómodo usando un termómetro rectal, pregunte al proveedor de atención médica qué tipo usar. Cuando hable con un proveedor de atención médica sobre la fiebre de su hijo, dígale qué tipo de termómetro usó.
A continuación, se presentan pautas para saber si su hijo pequeño tiene fiebre. El proveedor de atención médica de su hijo puede darle números diferentes para su hijo. Siga las instrucciones específicas de su proveedor.
Lecturas de fiebre para un bebé menor de 3 meses:
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Primero, pregúntele al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomarle la temperatura.
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Termómetro rectal o de frente: 100,4 °F (38 °C) o más
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Termómetro axilar: 99 °F (37,2 °C) o más
Lecturas de fiebre para un niño de 3 meses a 36 meses (3 años):
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Termómetro rectal, de frente o de oído: 102 °F (38,9 °C) o más
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Termómetro axilar: 101 °F (38,3 °C) o más
Llame al proveedor de atención médica en estos casos:
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Temperatura reiterada de 104 °F (40 °C) o más en un niño de cualquier edad.
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Fiebre de 100,4 °F (38 °C) o más en bebés menores de 3 meses.
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Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años.
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Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o más.
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Author: Wheeler, Brooke
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