No es fácil lidiar con la enfermedad de Ménière. Aprenda todo lo que pueda para controlar los ataques y protegerse cuando no está sufriendo un ataque.
Su vida cotidiana
Los síntomas de la enfermedad de Ménière son imprevisibles y perturbadores, y probablemente requerirán que usted haga cambios en su vida cotidiana. Las siguientes estrategias podrían ayudarle:
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En el trabajo. Si los síntomas interfieren con su trabajo, trate de pensar en cambios que podrían ayudarle. Luego, hable con su jefe. Si no es posible hacer estos cambios, consulte acerca de la posibilidad de cambiarse a un puesto más adecuado para usted dentro de la empresa. Pregunte en la oficina de recursos humanos de su empresa si usted califica para la protección en virtud de la Ley sobre Estadounidenses con Discapacidades (Americans with Disabilities Act, ADA). Visite www.ada.gov para obtener más información.
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En casa. Si tiene problemas de inestabilidad, aparte del camino cualquier objeto afilado y rompible. Ponga objetos estables y robustos al alcance de la mano, para poder apoyarse en ellos.
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En el automóvil. Si usted tiene ataques sin previo aviso, es muy peligroso que maneje vehículos. Investigue las opciones de transporte público o privado. A menudo, se ofrecen servicios de transporte económicos a las personas que los necesitan.
Lleve puesto un brazalete o un collar de alerta médica o lleve información en su cartera que explique su afección.
Qué hacer durante un ataque
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Recuéstese sobre una superficie firme en un cuarto oscuro.
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Manténgase lo más inmóvil posible.
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Mantenga los ojos abiertos. Tal vez le ayude fijar la vista en un objeto estático.
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Tome los medicamentos que el proveedor de atención médica le haya recetado específicamente en caso de un ataque.
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No se levante hasta que desaparezcan el mareo o la sensación de estar dando vueltas. Al levantarse, incorpórese lentamente.
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Encuentre un lugar cómodo para descansar o duerma varias horas hasta que recupere su sentido del equilibrio.
