El revestimiento del conducto auditivo produce cera. Los oídos producen cera para lubricar y proteger el conducto auditivo. El conducto auditivo es el tubo que conecta el oído medio con el exterior del oído. La cera protege el oído contra las bacterias, las infecciones y los daños que producen el agua o los traumatismos.
La cera que se forma en el conducto se desplaza naturalmente hacia el exterior del oído y se cae. En algunos casos, el oído puede producir demasiada cera. Si la cera causa problemas o impide que el proveedor de atención médica vea el oído, se puede quitar el exceso de cera.
Demasiada cera puede afectar su audición. Puede causar picazón. En casos raros, puede ser dolorosa. No se debe quitar la cera del oído a menos que esté causando un problema. No debe introducir objetos como hisopos de algodón en el oído para quitar la cera, a menos que su proveedor le indique hacerlo.
Los proveedores de atención médica pueden quitarle la cera del oído de manera segura. A menudo, el lavado de la cera del oído con agua (irrigación) con una jeringa ayudará. A veces, se utilizan dispositivos o succión para eliminar la cera. Es importante permanecer quieto durante el procedimiento para evitar daños en el conducto auditivo. Pero quitarse la cera del oído generalmente no duele. No necesitará anestesia ni analgésicos cuando el proveedor le quite la cera del oído.
Varias afecciones provocan la acumulación de cera. Estas incluyen algunos problemas en la piel, un conducto auditivo estrecho u oídos que producen demasiada cera. El uso de hisopos de algodón en el conducto empuja la cera hacia la profundidad del oído y ayuda a producir la acumulación de cera.
Atención domiciliaria
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El proveedor de atención médica puede aconsejar el uso de aceite mineral o gotas óticas de venta libre (over-the-counter, OTC) en el hogar para ablandar la cera. También puede recomendarle un kit de irrigación o jeringa para usar en el hogar. Utilice estos productos solo si el proveedor se lo aconseja. Siga atentamente las instrucciones proporcionadas.
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No use aceite mineral ni gotas óticas OTC si podría tener una infección de oído o un estallido (rotura) de tímpano. Informe a su proveedor de inmediato si tiene diabetes o un trastorno inmunitario.
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No use hisopos de algodón en los oídos. Los hisopos de algodón pueden empujar la cera más profundamente en el conducto auditivo o dañar el tímpano. Use una gasa de algodón o un paño húmedo para retirar suavemente la cera de la parte externa del oído y alrededor del orificio del conducto auditivo.
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No utilice ningún dispositivo o objeto como sonda, tales como hisopos con punta de algodón o alfileres para limpiar el interior de los oídos.
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No utilice velas para para limpiar los oídos. La conoterapia puede ser peligrosa. Puede quemar el conducto auditivo. También puede empeorar la afección en lugar de mejorarla.
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No use agua fría para enjuagar el oído. Esto le provocará mareos. Si su proveedor le indica que se enjuague el oído, use solo agua tibia o siga sus instrucciones.
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Controle el oído para detectar signos de infección o irritación (consulte a continuación Cuándo obtener asesoramiento médico).
Pasos para usar las gotas para los oídos
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Lávese las manos antes y después de usar las gotas para los oídos.
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Caliente el frasco del medicamento frotándolo entre las manos durante unos minutos.
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Recuéstese de costado, con el oído afectado hacia arriba.
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Coloque la cantidad recomendada de gotas en el oído. Para ayudar a evitar que el medicamento se escape, puede colocar suavemente un algodón limpio en el orificio del oído.
Siga cualquier otra instrucción de su proveedor.
Atención de seguimiento
Haga un seguimiento con su proveedor de atención médica, o según se lo indiquen.
Cuándo obtener asesoramiento médico
Llame a su proveedor de atención médica o busque atención médica de inmediato si tiene:
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Dolor de oído que empeora.
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Fiebre de 38 °C (100,4 °F) o más, o según lo que le indique su proveedor.
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Acumulación de cera que empeora.
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Dolor, mareos o náuseas intensas.
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Sangrado del oído.
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Problemas auditivos.
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Signos de irritación por las gotas óticas, como ardor, escozor o hinchazón y dolor.
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Drenaje de líquido del oído con olor desagradable.
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Signos de infección, como hinchazón, enrojecimiento o dolor en el oído externo.
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Dolor de cabeza, dolor de cuello o rigidez de cuello.