El dolor de pecho puede producirse por numerosas razones. En algunos casos, no se puede determinar la causa. Si su afección no parece grave y el dolor no parece venir del corazón, su proveedor de atención médica puede recomendar un seguimiento de cerca. A veces, los signos de un problema grave tardan más en aparecer. Muchas afecciones no relacionadas con el corazón pueden causar dolor de pecho. Por ejemplo:
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Musculoesqueléticas. Costocondritis, una inflamación de los tejidos alrededor de las costillas que puede ocurrir por trauma o lesiones por uso excesivo, o una distensión de los músculos de la pared torácica.
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Respiratorias. Neumonía, pulmón colapsado (neumotórax) o inflamación del revestimiento del pecho y los pulmones (pleuritis).
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Gastrointestinales. Reflujo esofágico, acidez estomacal, úlceras o enfermedad de la vesícula biliar.
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Ansiedad y ataques de pánico
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Compresión e inflamación de un nervio
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Afecciones poco frecuentes como aneurisma aórtico o disección aórtica (una hinchazón de la arteria grande que sale del corazón o un desgarro en la pared de la arteria) o embolia pulmonar (coágulos de sangre en los pulmones).
Cuidados en el hogar
Luego de su visita, preste atención a las siguientes recomendaciones:
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Descanse hoy y evite toda actividad agotadora.
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Tome el medicamento recetado según le hayan indicado.
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Esté atento a cualquier dolor de pecho recurrente y observe cualquier cambio
Visita de seguimiento
Programe una visita de control con su proveedor de atención médica si no empieza a sentirse mejor en las siguientes 24 horas, o según lo que le indiquen.
Cuándo llamar al 911
Llame al
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Cambio en el tipo de dolor: se siente diferente, se ha vuelto más grave, dura más o comienza a esparcirse hacia el hombro, el brazo, el cuello, la mandíbula o la espalda
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Falta de aire o dolor creciente al respirar
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Debilidad, mareos o desmayos
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Ritmo cardíaco acelerado
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Sensación de aplastamiento en el pecho
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Tos con cantidad abundante de sangre
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de los siguientes signos o síntomas:
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Tos con expulsión de esputo (flema) de color oscuro o con un poco de sangre
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Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según le haya indicado su proveedor de atención médica
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Dolor, enrojecimiento o hinchazón de una pierna