Las várices son venas hinchadas y dilatadas que se encuentran, con mayor frecuencia, en las piernas. Por lo general, son de color azul o morado, pueden tener un aspecto abultado y tortuoso, y sobresalir visiblemente por debajo de la piel.
Normalmente, las venas llevan la sangre del cuerpo al corazón. Las venas de las piernas tienen válvulas de un solo sentido que impiden que la sangre vuelva hacia atrás. Cuando las válvulas son débiles o están dañadas, la sangre se acumula en las venas. Esto puede provocar que algunas venas se hinchen, tengan un aspecto abultado y se transformen en várices.
Síntomas
Las várices no siempre causan síntomas. De haberlos, los síntomas pueden ser los siguientes:
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Piernas cansadas, doloridas, pesadas o con picazón
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Calambres musculares en las piernas
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Cambios en la piel, como decoloración, sequedad, enrojecimiento o sarpullidos. En los casos más graves, también haber llagas en la piel llamadas úlceras venosas de la pierna.
Factores de riesgo
Existen muchos factores que aumentan el riesgo de presentar várices. Por ejemplo:
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Ser mujer
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Ser mayor
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Permanecer sentado o de pie durante mucho tiempo
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Tener sobrepeso
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Estar embarazada
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Tener antecedentes familiares de várices
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Tener daño traumático en las venas
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Tomar pastillas anticonceptivas
El tratamiento comienza con medidas de autoayuda (consulte a continuación). Si estas medidas no ayudan, existen muchos procedimientos para reducir o quitar las várices. De ser necesario, su proveedor de atención médica puede brindarle más información sobre estas opciones.
Cuidados en el hogar
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Es probable que le receten medias de soporte o compresión. En ese caso, asegúrese de usarlas como se lo hayan indicado. Estas medias ayudan a mejorar la circulación de la sangre.
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Hacer ejercicio ayuda a fortalecer los músculos de la pierna y a mejorar la circulación de la sangre. Para obtener mayores beneficios, elija ejercicios como caminar, nadar o andar en bicicleta. Además, trate de hacer ejercicio durante 30 minutos como mínimo la mayoría de los días.
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Elevar las piernas permite que la gravedad ayude a que la sangre vuelva al corazón. Siéntese o recuéstese con los pies por encima del nivel del corazón varias veces durante el día o según se lo hayan indicado.
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No permanezca sentado ni parado por períodos prolongados. Cambie de posición a menudo. También, mueva los tobillos, los dedos de los pies y las rodillas con frecuencia. Esto también puede mejorar la circulación de la sangre.
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Si tiene sobrepeso, hable con su proveedor de atención médica sobre los programas para perder peso. Mantener un peso saludable puede ayudar a reducir la tensión en las venas. También puede mejorar los síntomas, como la hinchazón y el dolor.
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Si tiene sequedad y picazón, pregúntele a su proveedor de atención médica sobre lociones especiales que se pueda aplicar en la piel para mejorar los síntomas.
Visita de seguimiento
Programe visitas de control con su proveedor de atención médica o según le hayan indicado. Si le hicieron pruebas de diagnóstico por imágenes, le informarán los resultados y si se encontró algo que pudiera afectar su atención médica.
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de las siguientes situaciones:
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Hinchazón, dolor o enrojecimiento en las piernas, graves y repentinos
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Síntomas que empeoran o que no mejoran con el cuidado personal
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Sangrado de las venas afectadas
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Úlceras en las piernas, los tobillos o los pies
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Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior o según la indicación de su proveedor