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Si su hijo tiene anemia hemolítica

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La anemia hemolítica es una enfermedad que ocurre si el organismo no tiene suficientes glóbulos rojos sanos. Esto se debe a que son destruidos prematuramente. Además, el organismo no produce nuevos glóbulos rojos con la suficiente rapidez como para reponer los que se han destruido. Hay muchos tipos de anemia hemolítica. El proveedor de atención médica de su hijo le dará más información sobre el tipo que tiene su hijo. El proveedor discutirá las opciones de tratamiento con usted.

Glóbulo rojo normal con forma de disco. Un glóbulo rojo tiene forma esférica. Cuatro glóbulos rojos están dañados y se están desintegrando.


¿Qué son los glóbulos rojos?

Las células sanguíneas se producen en la médula ósea. La médula ósea es la parte blanda y esponjosa del interior de los huesos. Hay tres tipos de glóbulos. Los glóbulos rojos son uno de ellos. Son importantes porque contienen hemoglobina. Esta es una proteína que les permite transportar oxígeno por todo el cuerpo. Normalmente, cada glóbulo rojo vive en el organismo durante unos 4 meses. Diariamente se producen nuevos glóbulos rojos para reemplazar a los que mueren naturalmente o los que se pierden por una lesión o enfermedad.


¿Cuáles son las causas de la anemia hemolítica?

Las causas de la anemia hemolítica varían según el tipo que tenga su hijo. Algunas causas posibles de la anemia hemolítica son ciertas infecciones y medicamentos. También se puede producir por algunas afecciones hereditarias o trastornos autoinmunitarios. Estas hacen que el sistema inmunitario destruya sus propios glóbulos rojos.


¿Cuáles son los síntomas de la anemia hemolítica?

Los síntomas pueden variar de leves a graves. Algunos niños no tienen ningún tipo de síntoma. Si se manifiestan síntomas, pueden incluir los siguientes:

  • Palidez de la piel

  • Cansancio extremo (fatiga)

  • Falta de aire

  • Dificultades para realizar una cantidad normal de actividad física (intolerancia al ejercicio)

  • Pulso cardíaco acelerado

  • Mareos o desmayos

  • Ictericia (coloración amarillenta de los ojos, la piel o la boca; orina de color marrón oscuro)

  • Dolor en la parte superior del abdomen a causa de un trastorno de la vesícula biliar, el hígado o el bazo


¿Cómo se diagnostica la anemia hemolítica?

Para su diagnóstico y tratamiento, es probable que su hijo vea a un hematólogo pediátrico. Se trata de un proveedor de atención médica especializado en trastornos de la sangre (hematología). El proveedor examinará a su hijo y le preguntará sobre sus síntomas, los medicamentos que toma, su dieta, sus antecedentes familiares y su historia clínica. También se le realizarán pruebas. La mayoría de estas pruebas se realizan tomando una muestra de sangre de una vena del brazo, de un dedo o del talón. Algunas de estas pruebas son las siguientes:

  • Hemograma completo (HC). Se realiza para determinar las cantidades de los tipos de células en la sangre.

  • Un frotis de sangre. Permite evaluar los tamaños y las formas de las células de la sangre. Para esta prueba se analiza una gota de sangre con un microscopio. Se usa un tinte para hacer más visibles las células sanguíneas.

  • Prueba de Coombs. Permite detectar ciertos anticuerpos (proteínas). Estas podrían causar que el organismo tenga una reacción anormal a las células sanguíneas.

  • Recuento de reticulocitos. Se usa para determinar la cantidad de glóbulos rojos nuevos que se producen en la médula ósea.

  • Ecografía. Permite tomar una imagen de la vesícula biliar, del hígado y del bazo. La presencia de cálculos biliares o el agrandamiento del hígado o del bazo pueden ser indicio de un trastorno de la sangre.


¿Cómo se trata la anemia hemolítica?

El tratamiento de la anemia hemolítica dependerá de la causa y la gravedad de los síntomas. El objetivo del tratamiento consiste en reducir o impedir la destrucción de los glóbulos rojos y restablecer el nivel normal de estas células. Algunos tratamientos posibles:

  • Modificaciones de la dieta y los medicamentos. Es posible que el niño tenga que limitar o evitar ciertos alimentos y medicamentos. Si se requieren estas modificaciones, le darán instrucciones al respecto.

  • Transfusiones de sangre. Se realizan para darle más sangre a su hijo. Son necesarias cuando el número de células sanguíneas ha bajado demasiado.

  • Medicamentos. El sistema inmunitario puede estar causando problemas con la producción de los glóbulos rojos. Se le pueden administrar medicamentos para suprimir el sistema inmunitario.

  • Plasmaféresis. En este procedimiento, se extrae plasma de la sangre. Ese plasma se reemplaza con plasma de un donante sano. La plasmaféresis podría ser necesaria si el plasma contiene algún anticuerpo que está afectando a los glóbulos rojos.

  • Extirpación quirúrgica del bazo (esplenectomía). El bazo almacena sangre y ayuda a eliminar del organismo los glóbulos rojos viejos. Esta cirugía se realiza con menos frecuencia. La extirpación del bazo puede ayudar a tratar ciertos tipos de anemia hemolítica.

  • Trasplante de médula ósea. En raras ocasiones se administra este tratamiento si el organismo no puede producir suficientes células sanguíneas sanas. En el trasplante se reemplazan las células enfermas de la médula ósea por células sanas provenientes de un donante compatible.


¿Cuáles son los problemas a largo plazo?

  • Según el tipo y la causa de la anemia hemolítica, algunos niños se recuperan por completo después del tratamiento.

  • En otros niños, la anemia hemolítica puede durarles toda la vida. Su hijo podría necesitar visitar al proveedor de atención médica con regularidad para hacerse pruebas de rutina y para controlar los síntomas. Colabore estrechamente con el proveedor de su hijo para aprender a ayudar al niño. Asegúrese de analizar cómo ayudar a su hijo a prevenir posibles problemas. Esto incluye cuestiones como la actividad física, la dieta y maneras de reducir el riesgo de sangrado o infecciones. Es importante saber si la anemia hemolítica de su hijo es del tipo que se hereda y si puede darse en su familia. Esto se debe a que los miembros de su familia podrían ser afectados. Saberlo también puede ser útil para la planificación familiar.

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