La tos ferina (llamada también pertussis) es una infección bacteriana de las vías respiratorias. Puede ser una infección grave, especialmente en los bebés y los adultos mayores. En el caso de niños y adultos sanos, por lo general es leve.
La tos ferina es sumamente contagiosa. La infección se propaga en el aire a través de la tos o los estornudos. La enfermedad comienza como un catarro normal con tos moderada, congestión y fiebre baja. Luego, se presentan los síntomas, entre los cuales se pueden incluir los siguientes:
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Ataques de tos que provocan un chillido al inhalar
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Arcadas o vómitos después de toser
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Falta de apetito
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Sensación de mucho cansancio
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Mucosidad espesa en la nariz y garganta
El tratamiento temprano es muy importante. Ayuda a aliviar la intensidad de la enfermedad. También disminuye la probabilidad de transmitir la enfermedad a otras personas. Esta enfermedad se trata con antibióticos. Incluso con tratamiento, puede llevar hasta tres meses para que desaparezca la tos por completo.
La vacuna para los niños previene la tos ferina. Sin embargo, su efecto protector suele ir desapareciendo después de 5 a 10 años. A menudo, se requiere una vacuna de refuerzo. Los adolescentes y adultos que hayan sido vacunados de niños y no hayan recibido la vacuna de refuerzo pueden infectarse y transmitir la infección a bebés y niños no vacunados. Asegúrese de preguntarle al proveedor de atención médica si usted o alguien de su familia necesitan una vacuna de refuerzo.
Cuidados en el hogar
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Ingiera los medicamentos según las indicaciones del proveedor de atención médica. Asegúrese de tomar los antibióticos según se lo hayan recetado hasta terminarlos, incluso si se siente mejor. Si no termina todos los antibióticos, la infección puede regresar y puede ser más difícil de tratar.
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Descanse y duerma lo suficiente.
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Quédese en casa y no vaya al trabajo o a la escuela hasta que haya completado por lo menos 5 días de antibióticos. Si no se utilizan antibióticos, permanezca en su hogar hasta los 21 días posteriores a la aparición de los primeros síntomas de tos. Cuando empiece sus actividades de nuevo, retome su rutina gradualmente.
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Manténgase alejado del humo de cigarrillos.
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Consulte con su proveedor de atención médica antes de ingerir medicamentos de venta libre para tratar la fiebre, el dolor y la tos.
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Para prevenir la pérdida de líquidos (deshidratación), trate de beber de 6 a 8 vasos de líquido al día (agua, refrescos, jugos, té, sopa, etc.). Los líquidos ayudarán a aflojar las secreciones en la nariz y los pulmones.
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Cúbrase la boca y la nariz al estornudar o toser con la manga o el codo. Use un pañuelo descartable si tiene uno. No use las manos. Deseche los pañuelos utilizados correctamente.
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Frótese las manos durante 20 segundos con agua corriente limpia y jabón después de toser o estornudar. Repita el lavado varias veces al día. Si no hay agua ni jabón disponibles, puede usar un desinfectante a base de alcohol.
Visita de seguimiento
Programe una visita de seguimiento con su proveedor de atención médica según lo que se le haya indicado.
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato si algo de lo siguiente ocurre:
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Dificultad o dolor para respirar
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Tos con arcadas o vómitos
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Tos con mucosidad de color o sangre en los esputos
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Dolor severo de cabeza, cara, cuello u oído
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Fiebre superior a 100.4 °F (38.0 °C) durante más de 3 días, o según le haya indicado el proveedor de atención médica
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No mejora dentro de 1 semana
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Empeoramiento de los síntomas o aparición de nuevos síntomas