La hemóptisis es el término médico que se utiliza para referirse a la tos con sangre. Puede deberse a diferentes causas, por ejemplo, a afecciones poco importantes, como la bronquitis. La hemóptisis también puede ser una señal temprana de enfermedades más graves, como un coágulo de sangre en el pulmón (embolia pulmonar), cáncer, tuberculosis o neumonía.
Las causas menos frecuentes de hemóptisis pueden ser difíciles de diagnosticar en una clínica o sala de emergencias. Por lo tanto, le solicitarán que se haga otras pruebas si los síntomas persisten.
Cuidados en el hogar
-
Manténgase alejado del humo de cigarrillos. El humo irrita los conductos de los bronquios.
-
A menos que esté tomando aspirina a diario para prevenir un ataque cerebral o un ataque al corazón, evite tomar aspirina o productos que la contengan. Pregunte a su proveedor de atención médica si debe continuar con la aspirina o cuándo debe volver a tomarla en caso de que desarrolle hemóptisis. La aspirina afecta la rapidez con la que se coagula la sangre. Los medicamentos anticoagulantes pueden empeorar la hemóptisis.
-
Tome más líquido si tiene infección pulmonar. Esto ayudará a aflojar la mucosidad de los pulmones.
-
Los medicamentos de venta libre para la tos que contienen dextrometorfano pueden ayudar a aliviar la tos. Nota: Pregunte a su proveedor antes de tomar dextrometorfano u otros medicamentos de venta libre si sufre de una enfermedad crónica, está embarazada o toma medicamentos a diario.
-
Si le recetaron antibióticos, debe tomarlos hasta terminarlos. Termine de tomar todos los antibióticos, aunque ya se sienta mejor a los pocos días.
Visita de seguimiento
Asista a los controles con su proveedor de atención médica según le hayan indicado.
Cuándo debe buscar atención médica
Llame de inmediato a su proveedor de atención médica si algo de lo siguiente ocurre:
-
Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según le haya indicado su proveedor de atención médica
Cuándo llamar al 911
Llame al
-
Tos con sangre
-
Dificultades para respirar, sibilancias o dolor al respirar
-
Dolor o sensación de presión en el pecho
-
Desmayos o pérdida del conocimiento
-
Ritmo cardíaco acelerado
-
Sensación de debilidad o mareo
-
Sensación de muerte