Lidiar con el estrés que causa una enfermedad crónica no es tarea fácil. Tal vez esté preocupado por todas las cosas que debe hacer. Pero le molesta pedir ayuda. Y el cansancio o el dolor pueden empeorar las cosas aún más. Aprender a controlar el estrés requiere esfuerzo. Pero lograrlo puede ayudarlo a mantenerse sano.
Aprenda a relajarse
Escuchar música, pasar tiempo solo o tomar un baño de tina caliente pueden ser actividades relajantes. Pero hay muchas otras cosas que se pueden hacer para ayudar a calmarse. Escoja actividades que le gusten e incorpórelas a su vida diaria. Pruebe también lo siguiente:
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Respiración profunda. Cuando se sienta tenso, respire profundamente un par de veces.
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Meditación, visualización, tai chi o yoga. Puede ser aconsejable que tome un curso sobre estas técnicas. O vaya a la biblioteca pública para ver si tienen libros y grabaciones de audio que le permitan comenzar por su cuenta.
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Haga actividad física. Incluso una vuelta a la manzana caminando lentamente puede ayudar a aliviar la tensión. Un sendero en un parque o en la naturaleza puede sumar disfrute o vistas y sonidos reconfortantes. Se ha demostrado que tan solo 20 minutos de caminata diarios ayudan a aliviar la tensión. Según su estado de salud, se pueden hacer de una sola vez o en períodos de 10 minutos.
Establezca prioridades
Intente no preocuparse por las cosas que no puede hacer. Propóngase objetivos que sepa que puede lograr. Haga lo que considere más importante primero y deje de lado las que no sean importantes para su familia, su trabajo o su vida social. Además, busque maneras de esforzarse menos. Averigüe qué cosas le causan estrés. Pregúntese lo siguiente:
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¿Realmente tengo que hacer esto hoy? Si la respuesta es “sí”, haga esa tarea primero. Pero recuerde que la respuesta podría ser “no”.
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¿Con qué cosas necesito ayuda? ¿Hay otra persona que podría hacerlas? Si la respuesta es “no”, ¿a quién puedo pedirle que me ayude a manejar el asunto o el compromiso?
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¿Puedo cambiar esta cita o reunión para otro día?
Busque ayuda
Saber que puede contar con otras personas puede tranquilizarlo. Pruebe estos consejos:
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Esté dispuesto a aceptar ayuda cuando se la ofrezcan.
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Si necesita ayuda adicional, es probable que haya servicios disponibles. Por ejemplo, ayuda con las tareas domésticas y enfermeros a domicilio. Un trabajador social puede ayudarlo a averiguar los recursos de su seguro médico, buscar ayuda financiera si la necesita y ponerlo en contacto con la ayuda necesaria.
Prepárese para los días malos
Planifique de antemano para los momentos en que deberá descansar más o limitar sus actividades. Ponga comidas preparadas en el congelador para no tener que cocinar. Mantenga una lista de números de teléfono importantes junto a su cama. Si sus síntomas de estrés están empeorando, hable con su proveedor de atención médica. O considere buscar asesoramiento psicológico por un tiempo.