Todos los niños sienten dolor, incluso los bebés pequeños. El dolor es una experiencia tanto física como mental. Por lo general, se lo asocia con el temor y el estrés. Tanto el dolor crónico como el dolor a corto plazo pueden dañar la capacidad del niño de interactuar con el mundo que lo rodea. El dolor puede causar problemas para el niño en la casa y en la escuela.
El dolor tiene muchas causas. Puede ocurrir como resultado de una lesión. Puede deberse a tratamientos médicos, como cirugías, inyecciones o pruebas. O bien a una enfermedad, como el cáncer.
El control del dolor hará que el niño se sienta más cómodo y feliz. Si el niño sufrió una lesión o recibió una cirugía, también ayudará en el proceso de curación.
Cuidados en el hogar
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El proveedor de atención médica de su hijo puede recetarle medicamentos relajantes y analgésicos. Entre ellos, se encuentran el paracetamol y el ibuprofeno. Siga todas las instrucciones para darle los medicamentos a su hijo. Hable con el proveedor acerca de los efectos secundarios esperables. No le dé aspirina, a menos que el proveedor así lo indique. Tampoco le dé ningún otro medicamento sin preguntarle primero al proveedor. Si el niño tiene una enfermedad crónica del hígado o de los riñones, o alguna vez tuvo una úlcera estomacal o sangrado gastrointestinal, hable con el proveedor de atención médica antes de darle estos medicamentos.
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Dele al niño medicamentos analgésicos según le indiquen. Estos ayudan a controlar el dolor antes de que sea más fuerte. No omita ninguna dosis ni espere demasiado tiempo entre una y otra.
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Siga las instrucciones médicas cuidadosamente. La cantidad que debe tomar el niño (la dosis) se basa en factores como el peso corporal y la edad. Las dosis en los niños suelen ser menores que las de los adultos. No le dé más de lo indicado. Esto puede ser peligroso.
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Informe al proveedor de atención médica qué medicamentos funcionaron bien para su hijo en el pasado. Informe si el niño prefiere jarabes o pastillas.
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Informe al proveedor de atención médica si los analgésicos no funcionan. Se puede ajustar la dosis antes de que el niño sienta dolor fuerte.
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El dolor en bebés y niños pequeños. Los signos de dolor incluyen llantos que no se pueden calmar, expresiones faciales de ansiedad o cambios en el sueño. La sudoración de la frente o el pulso acelerado también pueden ser signos de dolor.
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El dolor en niños más grandes. Hable con su hijo acerca del dolor. Su hijo puede describir el dolor, responder preguntas sobre este o incluso señalar la zona dolorida. Si el niño tiene dificultad para describir el dolor, use una escala de dolor con caras.
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Cómo tomar medicamentos de manera segura
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Siempre consulte al proveedor de atención médica antes de darles medicamentos a niños menores de 2 años.
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Si su hijo tiene menos de 3 meses y tiene fiebre, llame al proveedor de atención médica de inmediato.
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En el caso de niños mayores de 2 años, consulte la etiqueta del medicamento para saber cuánto debe darle. Use el peso del niño para determinar la dosis correcta. Si no sabe cuánto pesa el niño, puede determinarla según la edad.
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Nunca les dé medicamentos para adultos a los niños.
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Nunca le dé aspirina a un menor de 18 años que tenga fiebre, a menos que el proveedor de atención médica lo apruebe.
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Nunca les dé a los niños medicamentos que les recetaron a otros niños.
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Solo use el dispositivo de dosificación que viene con el medicamento.
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Mantenga los medicamentos fuera del alcance de los niños. En la medida de lo posible, almacene los medicamentos en un armario cerrado fuera del alcance de los niños y adolescentes.
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Si cree que su hijo tomó demasiada cantidad de medicamento, comuníquese con el centro de toxicología de inmediato al 800-222-1222.
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Llame al proveedor de atención médica si tiene alguna pregunta sobre los medicamentos del niño.
Cómo tratar el dolor sin medicamentos
En bebés y niños pequeños, haga lo siguiente:
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Intente coger al niño en brazos, mecerlo, abrazarlo o darle un masaje. El contacto físico puede ser relajante.
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Envuelva al niño en una manta cálida.
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Sostenga al niño en contacto con su piel desnuda. El contacto piel a piel puede calmar al bebé.
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Fomente la succión del pulgar o el uso del chupete. Estos suelen calmar a los bebés y niños pequeños.
En los niños más grandes:
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Intente coger al niño en brazos, mecerlo, abrazarlo o darle un masaje. El contacto físico puede ser relajante para niños de todas las edades.
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Hágalo jugar para que se distraiga. Pruebe con soplar burbujas, ver vídeos, contar historias o jugar con juguetes o juegos. A su hijo también le puede gustar escuchar música, leer y que le lean, y hacer manualidades.
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Pruebe con la visualización guiada. Para lograrlo, haga que el niño imagine una situación placentera o feliz. Deben concentrarse en la vista, los olores y los sentimientos de esa situación. Esto puede ayudar a que el niño se distraiga del dolor.
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Ayude a su hijo con ejercicios de relajación. Estos ayudan a relajar los músculos tensos y calmar la ansiedad mental. Un niño mayor que pueda seguir instrucciones puede probar la respiración controlada. Hacer respiraciones largar y profundas ayuda a disminuir la frecuencia cardíaca y la presión arterial. La relajación también ayuda a aliviar el dolor y las náuseas.
Atención de seguimiento
Haga el seguimiento con el proveedor de atención médica de su hijo según lo que le hayan recomendado.
Nota especial para los padres
Si tiene preguntas o dudas sobre el cuidado del niño o las estrategias que está usando para controlar el dolor, hable con el proveedor de atención médica de su hijo.
Cuándo debe buscar atención médica
Llame al proveedor de atención médica de su hijo de inmediato si se presenta cualquiera de las siguientes situaciones:
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El dolor no se alivia, ni siquiera con analgésicos
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El dolor aumenta
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Aparecen síntomas nuevos o que empeoran
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