Tanto el dolor de cuello como el de espalda suelen ser consecuencia de una lesión en los músculos o los ligamentos de la columna vertebral. En ocasiones, los discos que separan cada hueso de la columna ejercen presión sobre un nervio cercano y producen dolor. El dolor de cuello y de espalda puede aparecer a consecuencia de una fuerza que produce torsión repentina (como en un accidente automovilístico) o de un movimiento extraño. Sea cual sea la causa, los espasmos musculares son comunes y aumentan el dolor.
El dolor agudo del cuello y de la espalda suele aliviarse en 1 o 2 semanas. El dolor relacionado con alguna afección de los discos, la artritis en las articulaciones vertebrales, el estrechamiento del conducto vertebral (estenosis espinal) puede volverse crónico y durar meses o años.
El dolor de cuello y espalda son problemas comunes. La mayoría de las personas se siente mejor en 1 a 2 semanas y muchas otras en 1 a 2 meses. La mayoría de las personas pueden permanecer activas.
Cada persona siente el dolor diferente y así lo describen.
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El dolor puede ser agudo, incisivo, punzante, continuo, como un calambre o ardor.
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Puede empeorar con el movimiento, al pararse, al inclinarse, al levantar objetos, al sentarse o al caminar.
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El dolor puede estar limitado a un punto o una zona, o puede ser más generalizado.
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Se puede extender hacia arriba, hacia abajo, hacia el frente o hacia los brazos o las piernas.
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Puede haber espasmos musculares.
Muchas veces, los problemas mecánicos con los músculos o la columna son los que producen el dolor. Por lo general, esto se debe a una lesión de los músculos o ligamentos de la columna vertebral. Es posible que no se sepa que hay una lesión. La presencia de dolor sin una lesión es poco común. A veces, la causa puede ser un problema de salud, como cálculos renales o una infección. El dolor se suele relacionar con la actividad física, como deportes, ejercicios, trabajo o actividades normales. En ocasiones puede ocurrir sin una causa que se pueda identificar. Puede ocurrir simplemente por estirarse o moverse incorrectamente, sin notar dolor en el momento. Otras causas pueden ser las siguientes:
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Esfuerzo excesivo, o levantar objetos, empujar o jalar incorrectamente o con demasiada agresividad
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Girar, inclinarse o estirarse de forma repentina a causa de un accidente (automovilístico o una caída) o por un movimiento accidental
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Mala postura
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Mal estado físico, falta de ejercicio regular
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Enfermedad de disco intervertebral o artritis
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Estrés
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Embarazo o enfermedad como apendicitis, infección de la vejiga o los riñones, infecciones pélvicas
Cuidados en el hogar
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Para el dolor de cuello, use una almohada cómoda que sostenga la cabeza y mantenga la columna en una posición neutral. La cabeza no debería quedar inclinada hacia adelante ni hacia atrás.
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Cuanto esté en la cama, trate de encontrar una posición cómoda. Lo mejor es utilizar un colchón firme. Intente acostarse de espalda con almohadas debajo de las rodillas. También puede probar recostándose de lado con las rodillas flexionadas hacia su pecho y una almohada entre las rodillas.
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Al principio, no intente estirar los puntos sensibles. Si hay distensión, no es bueno como cuando se estira después de hacer ejercicio y no hay una lesión. En esta ocasión, estirarse podría empeorarlo.
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No permanezca sentado por períodos prolongados, por ejemplo en viajes largos en automóvil o de otro tipo. Esto ejerce más presión en la parte baja de la espalda que estar de pie o caminar.
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Durante las primeras 24 a 72 horas después de una lesión, aplique una compresa de hielo sobre la zona dolorida durante 20 minutos y después quítesela durante 20 minutos, durante un período de 60 a 90 minutos o varias veces al día.
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También puede alternar los tratamientos de hielo y calor. Hable con su proveedor de atención médica sobre el mejor tratamiento para el dolor de cuello o de espalda en su caso. Como medida de seguridad, no use una almohadilla térmica mientras duerme. Dormir con una almohadilla térmica puede causar quemaduras o daños en los tejidos.
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Los masajes terapéuticos pueden ayudar a relajar los músculos del cuello y de la espalda sin estirarlos.
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Tenga en cuenta los métodos seguros para levantar objetos. No levante nada que pese más de 15 libras hasta que el dolor haya desaparecido por completo.
Medicamentos
Hable con su proveedor de atención médica antes de usar medicamentos, especialmente si tiene otros problemas de salud o está tomando otros medicamentos.
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Puede usar medicamentos de venta libre para controlar el dolor, a menos que le hayan recetado otro analgésico. Hable con el proveedor primero si tiene afecciones crónicas como diabetes, enfermedad hepática o renal, úlceras de estómago o hemorragia gastrointestinal, o si está tomando anticoagulantes.
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Tenga cuidado si le dan analgésicos, narcóticos o medicamentos para el espasmo muscular. Pueden causar somnolencia. Esto puede afectar su coordinación, sus reflejos y su sentido de la realidad. No debe conducir ni operar maquinaria pesada mientras los toma.
Atención de seguimiento
Programe una cita de seguimiento con el proveedor de atención médica como se le indique. Es posible que necesite fisioterapia o más pruebas.
Si le hicieron radiografías, le informarán de los resultados nuevos que puedan afectar su atención médica.
Cuándo llamar al 911
Llame al
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Dificultad para respirar
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Confusión
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Mucha somnolencia o problemas para despertarse
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Desmayo o pérdida del conocimiento
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Frecuencia cardíaca muy rápida o muy lenta
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Pérdida de control del intestino o de la vejiga
Cuándo debe buscar atención médica
Llame al proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de las siguientes situaciones:
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El dolor empeora o se extiende a los brazos o las piernas
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Debilidad, entumecimiento o dolor en uno o ambos brazos o piernas
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Cambios en la función del intestino o de la vejiga
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Entumecimiento en la zona de la ingle
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Problemas para caminar
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Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según le haya indicado el proveedor