La información detallada a continuación lo ayudará a cuidar de su férula en el hogar:
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El yeso de la férula tardará hasta 48 horas en endurecerse completamente. Por lo tanto, no aplique ningún tipo de presión sobre el yeso durante ese período, ya que podría romperse. No camine si tiene una férula en un pie o una pierna, ya que puede romperse aunque esté seca.
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Para detener la hinchazón debajo de la férula, haga lo siguiente durante los dos (48 horas) primeros días:
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Si la férula está en su brazo: manténgalo en un cabestrillo o elevado al nivel del hombro mientras esté sentado o parado. Apóyelo sobre el pecho o sobre una almohada a su lado cuando esté acostado.
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Si la férula está en su pierna, manténgala apoyada por encima del nivel del corazón mientras esté sentado o acostado. Duerma con la pierna elevada sobre algunas almohadas. Evite caminar con muletas en la medida de lo posible durante este período.
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Mantenga la férula o el yeso secos en todo momento. Cuando se duche o se bañe, proteja bien la férula o el yeso para que no se mojen. Protéjalos con una bolsa de plástico grande cerrada con una banda elástica o cinta en el extremo superior. Si un molde o férula de fibra de vidrio se moja, puede secarlos con un secador de pelo.
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No coloque objetos como perchas dentro de la férula. No se coloque talco ni crema dentro de la férula si le pica la piel. Si la picazón no desaparece, llame a su proveedor de atención médica.
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Observe la piel alrededor de la férula todos los días.
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Observe la férula todos los días para asegurarse de que esté intacta.
Atención de seguimiento
Asista a las citas de seguimiento con su proveedor de atención médica o según le hayan aconsejado.
Cuándo debe buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato si sucede cualquiera de las siguientes situaciones:
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La férula se moja, se ablanda o se agrieta.
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La piel alrededor de la férula tiene un aspecto rojizo, está en carne viva o inflamada.
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La picazón debajo de la férula empeora o no mejora.
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Mal olor procedente de la férula, o líquido de la herida que mancha la férula.
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Empeoramiento de la opresión o la presión debajo de la férula.
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Hinchazón, frío, coloración azulada, entumecimiento u hormigueo en los dedos de las manos o de los pies.
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Aumento del dolor debajo de la férula aun tomando calmantes.
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El yeso está demasiado flojo.
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Tiene fiebre o escalofríos.