Un espasmo muscular es una contracción repentina del músculo que no puede controlar. Puede ser causado por una distensión, un esfuerzo excesivo del músculo o una lesión. También puede ocurrir por deshidratación, desequilibrios electrolíticos, diabetes, consumo de alcohol y determinados medicamentos. Si continúa por un tiempo significativo, el espasmo muscular causa dolor. Las zonas habituales de espasmo muscular son las piernas, el cuello y la espalda.
Cuidados en el hogar
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El calor, los masajes, caminar, una ducha o un baño calientes, los masajes con hielo y los ejercicios de estiramiento pueden relajar el espasmo muscular.
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Cuando el espasmo es en el brazo o la pierna, estire el músculo de forma pasiva. Para eso, pídale a alguien que doble o estire la articulación por arriba o abajo del músculo hasta que sienta que el músculo que causa dolor se estira. Para estirar el músculo de forma activa, mueva la parte afectada del cuerpo. Esto estirará el músculo que está en espasmo. Por ejemplo, si el espasmo es en la pantorrilla, doble el tobillo para que los dedos del pie apunten hacia la rodilla. Eso estirará el músculo de la pantorrilla.
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Puede tomar analgésicos de venta libre para controlar el dolor, a menos que le hayan recetado otro medicamento. Hable con el proveedor antes de tomar estos medicamentos si tiene una enfermedad crónica del hígado o de los riñones, si alguna vez tuvo úlceras estomacales o hemorragias gastrointestinales, o si toma anticoagulantes.
Visita de seguimiento
Asista a los controles con su proveedor de atención médica según lo indicado.
Cuándo debe buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de las siguientes situaciones:
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Hinchazón, frío, coloración azulada, entumecimiento u hormigueo en los dedos de las manos o de los pies
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Desarrolla debilidad en el brazo o la pierna afectados
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El dolor aumenta y no se controla con las medidas mencionadas
