El dolor del nervio ciático es una afección que produce dolor en la parte baja de la espalda que se propaga a los glúteos, la cadera y la pierna. En ocasiones, podría doler la pierna sin que haya dolor en la espalda. El dolor del nervio ciático se produce cuando un nervio espinal está irritado o algo lo presiona al salir del conducto vertebral en la parte baja de la espalda. Esto suele suceder cuando un disco vertebral cercano está roto o deformado y hace presión sobre el nervio. El dolor del nervio ciático también puede deberse al estrechamiento del conducto vertebral (estenosis espinal) o a un espasmo del músculo del glúteo por donde pasa el nervio ciático (músculo piriforme). También se conoce como "radiculopatía lumbar".
El dolor del nervio ciático puede aparecer después de una torcedura o flexión repentina y forzada, como en un accidente de automóvil. También puede aparecer después de haber realizado un movimiento simple pero extraño. En ambos casos, también suele suceder un espasmo muscular. El espasmo muscular hace que el dolor sea peor.
Un proveedor de atención médica le diagnosticará el dolor del nervio ciático a partir de sus síntomas y un examen físico. A menos que haya tenido una lesión producto de un accidente de automóvil o una caída, por lo general, no se suelen hacer radiografías en este momento. Esto se debe a que los nervios y los discos de su espalda no pueden observarse en una radiografía. Si el proveedor sospecha que hay un nervio comprimido en función de sus antecedentes o de la exploración, deberá programar una resonancia magnética. Los estudios de conducción nerviosa y la electromiografía son pruebas en los nervios que también pueden ayudar a detectar la causa del dolor en los nervios. Los signos de nervio comprimido incluyen la pérdida de fuerza o reflejos en una pierna.
La mayoría de los casos de dolor del nervio ciático se alivian con medicamentos, ejercicios, y fisioterapia. Si los síntomas persisten después del tratamiento médico, quizá necesite cirugía o inyecciones en la parte baja de la espalda. Esto varía según la gravedad de los síntomas.
Cuidados en el hogar
Siga estos consejos:
-
Tan pronto como le sea posible, comience a sentarse o caminar. Esto le ayudará a evitar los problemas que se producen por estar mucho tiempo en cama.
-
Mientras esté en la cama, intente encontrar una posición que le resulte cómoda. Lo mejor es utilizar un colchón firme. Intente acostarse de espalda con almohadas debajo de las rodillas. También puede probar recostándose de lado con las rodillas flexionadas hacia su pecho y una almohada entre las rodillas.
-
No permanezca sentado por períodos prolongados. Eso causa más tensión en la parte inferior de la espalda que estar de pie o caminar.
-
Use el calor de una ducha caliente, un baño caliente en la tina o una almohadilla térmica para aliviar el dolor. El masaje también puede ayudarle. Asimismo, puede probar el uso de una compresa de hielo. Para hacer su propia compresa de hielo, coloque cubos de hielo en una bolsa plástica que pueda cerrarse. Envuelva la bolsa en una toalla delgada. Pruebe tanto el calor como el frío para ver cuál le funciona mejor. Use el método que mejor resultado le dé durante 20 minutos varias veces al día.
-
Puede usar paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor, a menos que le hayan recetado otro medicamento para calmar el dolor. Nota: Si tiene una enfermedad crónica del hígado o de los riñones, consulte al proveedor de atención médica antes de usar estos medicamentos. También hable con su proveedor si ha tenido una úlcera de estómago o hemorragia en el tubo digestivo.
-
Utilice un método seguro para levantar objetos. No levante nada que pese más de lo indicado hasta que el dolor haya desaparecido por completo.
Atención de seguimiento
Realice el seguimiento con su proveedor de atención médica o según lo que este le haya indicado. Es posible que necesite fisioterapia o más pruebas.
Si le han hecho radiografías, las evaluará un radiólogo. Le informarán de los nuevos resultados que puedan afectar su atención médica.
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de las siguientes situaciones:
-
Dolor que empeora incluso después de tomar el medicamento recetado
-
Debilidad o entumecimiento en una o ambas piernas o en la cadera
-
Sensación de entumecimiento en la zona genital o la ingle
-
No puede controlar sus intestinos o su vejiga
-
Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según le haya indicado el proveedor
-
Enrojecimiento o hinchazón en la espalda o la columna vertebral