Una laceración es un corte en la piel. Esta se ha cerrado con suturas. Sin embargo, el corte se ha infectado. Entre los factores que hacen más probable la infección se incluyen los siguientes:
-
La herida era profunda o punzante. Estas se infectan más fácilmente que las heridas de poca profundidad o las heridas abiertas que se pueden limpiar con más facilidad.
-
Entraron suciedad o partículas en profundidad en la herida en el momento en que se produjo.
-
La herida se produjo por una mordedura humana o animal.
-
Tiene diabetes, infección por VIH o algún otro problema que afecte el sistema inmunitario.
-
Está tomando un medicamento que afecta su sistema inmunitario.
-
No se cuidó la herida en el hogar correctamente.
El tratamiento de una reparación infectada puede requerir que se quiten algunos de los puntos o todos. Tal vez se receten antibióticos por vía oral (por la boca) para tratar la infección.
Cuidados en el hogar
-
Si le recetan antibióticos, tómelos exactamente como le indiquen. Incluso si se siente mejor, tómelos hasta terminarlos o hasta que le indiquen que debe dejar de hacerlo.
-
Siga las indicaciones del proveedor de atención médica sobre cómo cuidar la lesión.
-
A no ser que le indiquen otra cosa, cambie el apósito dos veces al día durante los primeros días, hasta que pare la supuración. Luego cámbielo una vez al día. Si el apósito se moja, se mancha con secreción de la herida o se ensucia, cámbielo.
Limpie la herida a diario:
-
Después de quitar el apósito, lave la zona con agua y jabón. Use un hisopo de algodón humedecido para aflojar y quitar la sangre o la costra que pueda haber sobre la herida.
-
Después de limpiar, aplique una capa delgada de pomada antibiótica si se lo han indicado. Coloque un apósito nuevo.
-
Siga las instrucciones de su proveedor de atención médica para mantener seca la herida. Tal vez le den restricciones sobre cómo ducharse o darse baños de inmersión.
-
Si el apósito se moja, quíteselo. Seque la herida con toques con un paño limpio, luego reemplace el apósito por uno seco.
-
No rasque, frote ni toque la zona con los dedos.
-
Lávese las manos con agua corriente limpia y jabón antes y después de limpiar la herida o de cambiarse el apósito.
Visitas de control
Asista a los controles con su proveedor de atención médica según le hayan indicado. El control es importante para garantizar que la infección disminuya.
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato ante cualquiera de las siguientes situaciones:
-
Los síntomas no comienzan a aliviarse.
-
Aumentan el dolor, la hinchazón o el enrojecimiento de la herida.
-
Salen vetas rojas de la herida.
-
Aumenta el pus que supura de la herida.
-
Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o superior, o según lo que le haya indicado el proveedor de atención médica.
-
Escalofríos.
