Su hijo tiene un dedo de la mano roto (fracturado). En una fractura abierta, el hueso roto atraviesa la piel. Por este motivo, hay riesgo de infección en la piel o en el hueso. Una fractura abierta probablemente duela, se hinche y se amorate. También puede salir mucha sangre.
Para examinar la fractura, se hacen radiografías u otras pruebas de diagnóstico por imágenes. A continuación es posible que sea necesario mover el hueso a su posición inicial. Luego puede cerrarse la herida en la piel con puntos de sutura o pegamento quirúrgico. Para proteger el dedo lesionado y mantener el hueso en su posición mientras se sana, puede colocarse una férula o yeso en el dedo o la mano. O bien se podría atar el dedo lesionado al dedo que está al lado. Para esto se utiliza cinta. Si la uña se ha dañado mucho, podría ser necesario quitarla con una cirugía. O quizás se deje para que se caiga, por lo general en 1 a 2 semanas. En menos de un mes, probablemente comenzará a crecer la uña nueva.
Si la fractura es grave, el niño podría necesitar una cirugía. Un cirujano ortopedista realiza esta cirugía. Es un cirujano que se especializa en tratar problemas de los huesos, los músculos, las articulaciones y los tendones.
Según la causa de la lesión y el estado de vacunación de su hijo, es probable que necesite una vacuna antitetánica.
Cuidados en el hogar
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Es posible que el proveedor de atención médica le recete un antibiótico oral para prevenir las infecciones. Siga todas las instrucciones para darle este medicamento a su hijo. No deje de darle este medicamento al niño hasta que haya terminado la cantidad recetada.
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Dele a su hijo calmantes según le indique el proveedor de atención médica. No le dé aspirina a menos que se lo indique el proveedor de atención médica.
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Mantenga la mano de su hijo en alto para reducir el dolor y la hinchazón. Es muy importante que haga eso durante las primeras 48 horas después del momento de la lesión. Con la mayor frecuencia que le sea posible, haga que su hijo se siente o se recueste y colóquele almohadas debajo de la mano hasta que quede elevada por encima del nivel del corazón. Haga que su bebé o niño pequeño se siente y colóquele almohadas debajo de la mano hasta que la lesión quede elevada por encima del nivel del corazón. Asegúrese de que las almohadas no se resbalen y queden cerca de la cara del bebé o niño pequeño. Nunca deje al niño sin supervisión.
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Coloque una compresa fría en la lesión para ayudar a controlar la hinchazón. Para armar una compresa fría, puede envolver con una toalla delgada una bolsa plástica con cubos de hielo. Tenga cuidado de que no se moje el yeso o la férula a medida que se derrita el hielo. No coloque hielo directamente sobre la piel ya que eso puede causar daños. Puede colocar una compresa fría directamente sobre el yeso o la férula.
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Aplique hielo sobre la zona afectada durante 20 minutos cada 1 o 2 horas el primer día. Siga haciendo esto 3 o 4 veces al día durante los 2 días siguientes y, luego, según sea necesario. Puede ayudar hacer de esto un juego. Pero no obligue a su hijo a usar el hielo.
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Cuide de la férula o yeso tal como le hayan indicado. No coloque talcos ni lociones dentro de la férula o del yeso. Impida que su hijo introduzca objetos dentro de la férula o del yeso.
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Mantenga la férula o el yeso completamente secos en todo momento. Para proteger la férula o el yeso durante el baño, cúbrala con una bolsa plástica grande y manténgala alejada del agua. Cierre la parte superior de la bolsa con cinta adhesiva o bandas elásticas.
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Si le colocaron la cinta y esta se humedece o se ensucia, cámbiela. Puede reemplazarla con una cinta de papel, de plástico o de tela. Si usa una cinta de tela o de papel, deben estar secas todo el tiempo. Mantenga la cinta en su lugar según las instrucciones del proveedor de atención médica de su hijo.
Visitas de control
Programe una visita de control según lo que le indique el proveedor de atención médica de su hijo. Probablemente se necesiten radiografías de seguimiento para ver cómo está sanando el hueso. Si a su hijo le colocaron una férula, es posible que la cambien por un yeso en la visita de control. Si lo derivaron a un especialista, coordine esa cita sin demoras.
Nota especial para los padres
Los proveedores de atención médica están capacitados para determinar si las lesiones de este tipo en los niños pequeños podrían ser una señal de posible maltrato o abuso infantil. Es posible que varios proveedores le hagan preguntas para saber cómo se lastimó su hijo. La ley les exige a los proveedores de atención médica que hagan esas preguntas. Estas se realizan para proteger a su hijo. Trate de ser paciente y no ofenderse por las preguntas.
Cuándo debe buscar atención médica
Llame al proveedor de atención médica de su hijo si ocurre algo de lo siguiente:
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El yeso o la férula se humedecieron o se ablandaron.
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El yeso o la férula se están demasiado apretados. Afloje la férula antes de buscar ayuda.
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Se presenta dolor o hinchazón que van en aumento después de la colocación de la férula o el yeso. Es posible que los bebés que todavía no hablan muestren signos de dolor con un llanto que no se logra calmar.
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El dedo lastimado, los dedos cercanos o la mano están fríos, se ven azulados o se sienten entumecidos, arden o tienen cosquilleo.
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Hay enrojecimiento, calor, hinchazón o supuración de la herida, o la férula o yeso despide un olor desagradable.
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En los bebés: Irritabilidad o llanto que no se logra calmar.
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Fiebre (consulte “La fiebre y los niños”, a continuación) o escalofríos.
Cuándo llamar al 911
Llame al
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Dificultad para respirar
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Confusión
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Dificultad para despertarse o está muy somnoliento
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Desmayos o pérdida del conocimiento
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Frecuencia cardíaca acelerada
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Convulsiones
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Rigidez en el cuello
La fiebre y los niños
Use un termómetro digital para tomar la temperatura de su hijo. No use un termómetro de mercurio. Hay termómetros digitales de distintos tipos y para usos diferentes. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
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En el recto (rectal). En los niños de menos de 3 años, la temperatura rectal es la más precisa.
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En la frente (lóbulo temporal). Sirve para niños de 3 meses en adelante. Si un niño de menos de 3 meses tiene signos de estar enfermo, este tipo de termómetro se puede usar para una primera medición. Es posible que el proveedor quiera confirmar la fiebre tomando la temperatura en el recto.
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En el oído (timpánica). La temperatura en el oído es precisa a partir de los 6 meses de edad, no antes.
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En la axila. Este es el método menos confiable, pero se puede usar para una primera medición a fin de revisar a un niño de cualquier edad que tiene signos de estar enfermo. Es posible que el proveedor quiera confirmar la fiebre tomando la temperatura en el recto.
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En la boca (oral). No use el termómetro en la boca de su hijo hasta que tenga al menos 4 años.
Use el termómetro rectal con cuidado. Siga las instrucciones del fabricante del producto para usarlo adecuadamente. Colóquelo con cuidado. Etiquételo y asegúrese de no usarlo en la boca. Podría transmitir microbios de las heces. Si no se siente cómodo usando un termómetro rectal, pregunte al proveedor de atención médica qué otro tipo puede usar. Cuando hable con el proveedor de atención médica de la fiebre de su hijo, infórmele qué tipo de termómetro usó.
A continuación hay valores de referencia que lo ayudarán a saber si su hijo tiene fiebre. Es posible que el proveedor de atención médica de su hijo le dé valores diferentes. Siga las instrucciones específicas que le dé su proveedor.
Medición de temperatura en un bebé menor de 3 meses:
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Primero, pregúntele al proveedor de atención médica de su hijo cómo debe tomarle la temperatura.
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En el recto o en la frente: 100,4 °F (38 °C) o más alta
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En la axila: 99 °F (37,2 °C) o más alta
Medición de temperatura en un niño de 3 a 36 meses (3 años):
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En el recto, la frente o el oído: 102 °F (38,9 °C) o más alta
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En la axila: 101 °F (38,3 °C) o más alta
Llame al proveedor de atención médica en los siguientes casos:
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Picos de fiebre reiterados de 104 °F (40 °C) o más en un niño de cualquier edad
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Fiebre de 100.4 °F o superior en un bebé de menos de 3 meses
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Fiebre que dura más de 24 horas en un niño menor de 2 años
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Fiebre que dura 3 días en un niño de 2 años o más
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