Los capellanes prestan sus servicios en muchos centros hospitalarios, y algunos están asignados a las unidades de rehabilitación. Actúan como consejeros espirituales para ayudar a los pacientes, a sus familias y a los miembros del personal de atención médica:
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Durante los períodos de crisis.
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A reafirmar sus creencias espirituales.
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A mantener o establecer relaciones con una iglesia o un lugar de culto.
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Realizar rondas diarias y estar de guardia 24 horas al día para ofrecer servicios pastorales.
Los capellanes pueden ser ordenados como ministros de la iglesia o sacerdotes, o pueden haber asistido a un programa de cuidados pastorales o a una capellanía en una universidad o un hospital.
Dado que la rehabilitación se centra en la persona -física, emocional, social y espiritualmente- el capellán a menudo juega un papel especial ayudando a los pacientes a sobrellevar la discapacidad y recuperarse. Cuando un hospital o un centro de rehabilitación no cuenta con un capellán, el sacerdote o el consejero espiritual del propio paciente puede realizar dichas funciones.
