La disfagia es la dificultad para tragar. Si usted tiene disfagia podría tener síntomas como:
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Atragantamiento o tos al comer o beber
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Los alimentos se quedan atorados
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Babeo
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Incapacidad para tragar
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Dolor detrás del esternón después de tragar
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Vómito después de comer o beber
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Inhalación a los pulmones (aspiración) de alimentos o líquidos al tragar
La principal causa de la disfagia son los problemas que afectan a la boca, la garganta o la lengua. La disfagia puede ser causada por un problema con el tubo (esófago) por donde pasan los alimentos de la boca al estómago. Estos incluyen bloqueos, hinchazón o irritación por reflujo ácido o una lesión. Una infección del esófago o una reacción alérgica en el esófago también pueden causar disfagia. Los problemas en el cerebro, tales como un ataque o derrame cerebral o la enfermedad de Parkinson, pueden afectar los músculos que coordinan la acción de tragar (deglución).
La disfagia se trata tratando su causa. Su proveedor de atención médica puede evaluarlo mediante radiografías, monitores especiales para el esófago, una evaluación por fibra óptica de la deglución o una endoscopia superior. En esta prueba se utiliza un tubo delgado y con luz (catéter) que se introduce en el esófago a través de la boca. Es posible que le den medicamentos para reducir el ácido estomacal o para controlar los espasmos musculares. Si el problema no desaparece, puede realizarse un procedimiento para ensanchar (dilatar) el esófago. Si usted tiene problemas musculares o nerviosos, es posible que le aconsejen ver a un terapeuta ocupacional o del habla (logopeda). Este puede darle ejercicios e instrucciones para ayudar a que la alimentación le resulte segura. Si tiene una infección o una afección alérgica, el proveedor de atención médica le recetará medicamentos para tratarla.
Cuidados en el hogar
Para ayudar a aliviar los síntomas de la disfagia:
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Adminístrese los medicamentos exactamente como se lo hayan indicado. Pida medicamentos líquidos espesados si los necesita.
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Para que comer sea más fácil:
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Coma lentamente.
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Coma en un entorno relajado.
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No hable mientras come.
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Tome bocados pequeños. Mastique despacio y completamente antes de tragar.
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Siéntese derecho durante y después de las comidas. Al masticar alimentos, se liberan enzimas en la boca que inician el proceso de digestión. Mastique alimentos blandos entre 5 y 10 veces como mínimo. Mastique alimentos más densos (como carnes de res y vegetales) hasta 30 veces antes de tragar. Cuente la cantidad de veces que mastica hasta que pueda sentir qué tan blando debe estar el alimento antes de tragar.
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No coma alimentos secos de panadería o que contengan fibras de carne.
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De ser necesario, haga puré los alimentos sólidos. Espese los líquidos con leche, jugo, caldo, salsa de carne (gravy), o maicena para que sea más fácil tragarlos.
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Pregúntele a su proveedor de atención médica si una dieta líquida puede ser mejor para usted.
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Pida una derivación a un nutricionista si está adelgazando o si tiene problemas para comer suficiente cantidad de alimentos por día
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Visita de seguimiento
Haga un seguimiento con su proveedor de atención médica o como le indiquen. Su proveedor de atención médica puede informarle acerca de las pruebas adicionales que pudiera necesitar.
Cuándo buscar atención médica
Llame a su proveedor de atención médica de inmediato si algo de lo siguiente ocurre:
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Incapacidad de retener los alimentos o los líquidos
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Síntomas que empeoran rápidamente
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Tos que no para
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Pérdida de peso continua
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Fiebre de 100.4 ºF (38 ºC) o superior, o según le indique su proveedor
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Otros síntomas indicados por su proveedor
Cuándo llamar al 911
Llame al
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Dificultad para respirar
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Incapacidad de hablar
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Babeo, incapacidad de controlar secreciones
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Pérdida del conocimiento
Author: Wheeler, Brooke
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