Una infección de la vejiga se presenta cuando las bacterias provocan la inflamación de la vejiga. Esta retiene la orina. Un tubo llamado uretra permite la salida de la orina del cuerpo. A veces las bacterias suben por la uretra. Esto causa la infección.
La causa más común de las infecciones de vejiga en los niños es la entrada de bacterias que provienen de los intestinos. Esas bacterias pueden llegar a la piel que rodea la uretra, y luego entrar en la orina. Desde allí suben hasta la vejiga. Esto puede pasar debido a:
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Mala higiene después de usar el inodoro o al cambiar los pañales
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Mala limpieza del prepucio
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No vaciar la vejiga por completo
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Estreñimiento que impide que la vejiga se vacíe completamente
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No beber líquidos suficientes para orinar con frecuencia
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Irritación de la uretra causada por jabones o ropa apretada
Los síntomas de una infección de la vejiga incluyen la necesidad de orinar con frecuencia y urgencia. Puede resultar doloroso. Es posible que la orina tenga un olor fuerte. Puede ser oscura, turbia o tener sangre. Es posible que su hija no pueda contener la orina y moje la cama o su ropa. También es posible que tenga fiebre y dolor de abdomen. Algunos niños no presentan síntomas. Un bebé puede estar irritable y es posible que no se lo pueda calmar. Puede que llore al orinar. También es posible que se alimente menos o que esté menos activo.
Una infección de la vejiga se trata con antibióticos. El proveedor de atención médica de su hijo también puede recetar un medicamento para tratar el dolor. Los niños se mejoran rápidamente de las infecciones de la vejiga.
En muchos casos, una infección de la vejiga se repite. Es importante tomar medidas para prevenir esto (consulte a continuación).
Cuidados en el hogar
El proveedor de atención médica puede recetar medicamentos para tratar la infección. Siga todas las instrucciones para darle este medicamento a su hijo. Use el medicamento según las instrucciones todos los días hasta que se termine. No deje de dárselo aunque el niño se sienta mejor. No le dé aspirina a menos que sea por indicación del proveedor de atención médica.
Niños de dos años y mayores: Puede darle paracetamol o ibuprofeno para aliviar el dolor, la fiebre, la irritabilidad o la molestia si lo permite el proveedor de atención médica. Si su hijo tiene enfermedad hepática o renal crónica, hable con su proveedor de atención médica antes de darle estos medicamentos. Hable también con su proveedor si su hijo alguna vez tuvo una úlcera estomacal o un sangrado gastrointestinal (GI), o si está tomando anticoagulantes.
Cuidados generales
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Haga un seguimiento de la frecuencia con que orina su hijo. Observe el color y la cantidad de orina.
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Pídale a su hijo que orine con frecuencia y que trate de vaciar completamente la vejiga todas las veces. Esto ayudará a barrer las bacterias.
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Haga que su hijo vista ropa suelta y ropa interior de algodón.
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Asegúrese de que beba una cantidad adecuada de líquidos. Dele jugo de arándanos si se lo recomienda el proveedor de atención médica.
Prevención
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Limpie el pene de su hijo todos los días. Si no está circuncidado, retraiga el prepucio cuando lo limpie.
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Asegúrese de que los pañales no le queden apretados. Si usa de tela, prefiera los protectores de algodón o lana en vez de pantalones de nailon o goma.
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Cambie de inmediato los pañales sucios.
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Asegúrese de que su hijo beba mucho líquido o de que su bebé se alimente con frecuencia. Esto es para prevenir la pérdida de líquidos (deshidratación).
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Asegúrese de que su hijo orine cuando lo necesite, y que no se aguante.
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Evite los baños de espuma, porque pueden irritar la uretra.
Visitas de control
Asista a las visitas de control con el proveedor de atención médica de su hijo o siga las indicaciones recibidas. Si se realizó un cultivo, le informarán cualquier hallazgo nuevo que pueda afectar el cuidado de su hijo.
Llame al 911
Llame al
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Dificultades para respirar
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Dificultades para despertarse
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Desmayo o pérdida del conocimiento
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Frecuencia cardíaca rápida
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Convulsiones
Cuándo debe buscar atención médica
Llame de inmediato al proveedor de atención médica de su hijo si el niño presenta cualquiera de los siguientes síntomas:
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Fiebre de 100.4 °F (38 °C) o más alta, o según lo que le haya indicado el proveedor de atención médica de su hijo.
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Los síntomas no mejoran después de 24 horas de tratamiento.
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Vómitos o imposibilidad de retener los medicamentos.
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El dolor empeora.
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Dolor en la parte baja de las espalda, el abdomen o el costado.
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Orina con mal olor.
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Los ojos o la piel se ponen amarillentos (ictericia).
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Author: Wheeler, Brooke
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